Ingredientes: 1 pollo entero de 1 kg 3 litros de agua 1 cebolla con su cáscara, picada en 4 pedazos 1 zanahoria sin pelar, picada en trozos grandes 1 tallo de apio con sus hojas, picado en trozos grandes 1 hoja de laurel Ramitas de tomillo Unas ramitas de perejil Sal 10 granos de pimienta negra entera Preparación: Asegúrate de que el pollo no tenga ninguno de sus órganos dentro de su cavidad. Coloca el pollo en una olla grande con el agua. Agrega la cebolla, la zanahoria, el apio, la hoja de laurel, el perejil, el tomillo, sal y los granos de pimienta negra. Lleva todo a ebullición, bájale al fuego y hierve a fuego lento por 20-25 minutos. A medida que se cocina el caldo, retira cualquier espuma que suba a la superficie y deséchala. Saca el pollo del caldo y usa un termómetro para revisar que haya alcanzado una temperatura interna de 74 grados C. Cuando el pollo se haya enfriado un poco y lo puedas manipular con tus manos, separa el pollo de los huesos y resérvalo para usar como más te guste (a mí me gusta desmecharlo y congelarlo para tener listo para sopas y quesadillas). Devuelve los huesos al caldo y sigue cocinando por 2 horas, hirviendo a fuego lento, retirando cualquier espuma que suba a la superficie. Si es necesario, agrega más agua para que los huesos siempre permanezcan sumergido. Cuando el caldo esté listo, cuélalo a través de un colador de malla fina y desecha los sólidos. Usa el caldo como está, enfríalo en el refrigerador o congélalo hasta que esté listo para usar. El caldo se mantendrá durante 3 días en el refrigerador y 2-3 meses en el congelador. NOTA: si la piel del pollo botó mucha grasa puedes refrigerar el caldo y una vez frío verás que la grasa se pondrá sólida y será muy fácil separarla del caldo.
Hola Alicia,
Es decir que el.pollo se cocina con su piel